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Redacción
Minatitlán, Ver. Un menor de 14 años y su hermano de 22, fueron blanco de presunta tortura a manos de elementos de la Policía Estatal los que, a base de golpes, descargas eléctricas; además de que les sumergían la cabeza en un tambo con agua, tuvieron que resistir a lo que consideran fue un intento de homicidio dentro del Centro de Comando, Control, Comunicación y Cómputo (C-4).
Los afectados de identidad reservada denunciaron este día a través de la cuenta oficial de Resistencia Civil Minatitlán, que la noche del viernes acudieron a comprar cena a bordo de una moto.
A la altura de las vías del tren, en la colonia Salinas de Gortari en Cosoleacaque, Ver, la cadena de la unidad se salió de su base, por lo que optaron llevar el vehículo “arrastrando”.
Coincidieron en decir, que repentinamente la patrulla SP-3598 les “cerró” el paso, procedieron a una revisión, y repentinamente estaban ya detenidos.
Narra el menor de 14 años que una vez dentro del C-4 comenzó la tortura, que entre seis uniformados los patearon, les cubrieron la cabeza con una bolsa de nylon y los asfixiaban.
De igual manera los sumergían en un tambo con agua fría, aunado a los toques eléctricos, cuyas descargas las recibían en la zona de testículos.
No contentos con esto, los Estales procedieron a “tablear” a los hermanos que tres horas más tarde quedaron en libertad, no sin antes pagar una falta administrativa de dos mil pesos.
En cuanto que, la madre de las víctimas, severamente afectada recriminó en las afueras del C-4 que la noche que detuvieron a sus hijos, ella llegó a esas instalaciones en busca de información, y que en todo momento le negaron la presencia de sus consanguíneos.
“Con mis propias manos mato a esos perros”, gritó la mujer en un acto de desesperación e impotencia.
“Que paguen esos perros por lo que hicieron con mis hijos”, siguió diciendo envuelta en un episodio de crisis.
Dentro del proceso al que describieron como un “infierno”, existió la amenaza de abuso sexual contra del menor, estudiante de secundaria, que respaldado por sus padres se presentó a denunciar lo ocurrido el fin de semana.
Entre lo que consideran es una injusticia y abuso, se agrega los cuatro mil pesos que exigen en un encierro local para liberar la motocicleta que resultó ser legal y sin reporte alguno.
Por la tortura y la doble privación de la libertad se interpuso la queja en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) junto a las denuncias formales en la Fiscalía.